17 octubre 2006

¿Tenés un pucho?. – No


Para quienes crecimos en los ’90 el cigarrillo ha sido todo un momento en nuestras vidas. Durante la adolescencia no hicieron mas que bombardearnos con imágenes sobre el placer de fumar, nos tentaron con sorteos donde podías ganarte una moto inalcanzable para cualquier mortal mendocino, nos tentaban con llaveros de la marca que fumabas, entradas a ver la F1 si enviabas algunas marquillas por correo, hasta nos enviaban tarjetas de cumpleaños con un camello diciendo “Pedí tres deseos, unos ya lo tenés”, mientras te mostraba un BOX 20 que inmediatamente después salías a comprar. Uno no podía ir al baño del colegio si no era a fumar, ese habitáculo no tenia otra función que la de ver como en escasos minutos se consumían decenas de cigarrillos. Estaban los fumadores compulsivos, los fumadores sociales, los fumadores OP (quienes solo fumaban cigarrillos de Otra Persona). Fumar en los ’90 era toda una moda. Los precios de los cigarrillos estaban dispuestos de manera tal que se hacían accesibles para todo joven que quisiera iniciarse en el hábito de intercambiar un poco de salud por un momento de placer.

En los últimos años los precios comenzaron a escalar hasta llegar al doble, de a centavos los cigarrillos subieron de $1,40 a entre $2,50 y $3.60, y con la subida de precios los hábitos cambiaron. Hace unos años atrás pedir (o convidar) un cigarrillo en la calle era cosa de todos los días. Hoy de pronto las prohibiciones son cada vez mas, si no es por las barreras que da el precio (que hace pensar varias veces antes de regalarle un cigarrillo a un extraño), es por la discriminación entre sectores de fumadores o no. Quienes no fuman de golpe tomaron coraje y hoy se atreven a pedirte que apagues el cigarrillo, en las reuniones sociales ya no hay una nube densa que llega hasta la mitad de la pared que impide verle la cara al prójimo.

Por la calle uno se encuentra con personajes que han tirado por la borda toda una década de fumadores asegurando que “ya paso de moda fumar”. Entre las amistades son cada vez mas los que se aventuran a “dejar el vicio”. Por fuerza mayor o por propia voluntad la gente está dejando de fumar. Y al que fuma ahora hasta se lo castiga.

Hace 18 años que rige una ley que prohíbe fumar en edificios públicos, hace 2 años que se puso en vigencia. Hace dos años que en la Municipalidad de Mendoza no se puede fumar, y quien lo haga será multado. Hace una semana que no se puede fumar en bares públicos ni restaurant. Habrá que volver a fumar en el baño como en la adolescencia, habrá que pedir un recreíto en el trabajo para “fumarse un puchito” en la fría vereda... o simplemente habrá que dejar de fumar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nacho, dejá de fumar de una vez por todas.
y a ver si le ponés onda la blog que esto es un cementerio querido!
Rocío